viernes, 25 de septiembre de 2015

Texto "Torneo de canto" Diagnóstico

Torneo de canto
            Una vez llegó a la selva un búho que había estado en cautiverio, les contaba a todos acerca de las costumbres de los humanos. Contaba, por ejemplo, que en las ciudades los hombres calificaban a los artistas en competencias, a fin de decidir quiénes eran los mejores en cada disciplina, pintura, dibujo, escultura, canto.
            La idea de transplantar costumbres humanas prendió con fuerzas entre los animales y quizás por ello se organizó de inmediato un concurso de canto, en el cual se anotaron rápidamente casi todos los presentes, desde el jilguero hasta el rinoceronte.
            Guiados por el búho, que había aprendido en la ciudad, se decretó que el concurso se definiría por el voto secreto y universal de todos los concursantes, que serían de esta manera su propio “jurado”.
            Así fue. Todos los animales, incluido el hombre, pasaron al estrado y cantaron recibiendo el más o menos intenso aplauso de la audiencia. Luego anotaron su voto en un papelito y lo colocaron doblado en una gran urna que sostenía el búho.
            Cuando llegó el momento del recuento, el búho se subió al improvisado escenario y flanqueado por dos ancianos monos, abrió la urna para leer y comenzar el recuento de los votos del “transparente eleccionario”, “gala del voto universal y secreto” y “ejemplo de vocación democrática” (como había escuchado decir a los políticos en las ciudades).
            Uno de los ancianos sacó el primer voto y el búho, ante la emoción general, gritó:
-          El primer voto, hermanos, es para nuestro amigo ¡el burro!
Se produjo un silencio, seguido de algunos tímidos aplausos.
-          Segundo voto: ¡el burro!
-          Tercero… ¡el burro!
Los concurrentes comenzaron a mirarse, sorprendidos al principio, acusadoramente después y por último, cuando proseguían apareciendo votos para el burro, cada vez más culposos y avergonzados de sus propios votos.
Todos sabían que no había peor canto que el desastroso rebuzno del equino. Sin embargo, uno tras otro, los votos lo elegían como el mejor de los cantores.
Y así sucedió que, terminado el escrutinio, quedó decidido por “libre elección” del “imparcial” jurado, que el desigual y estridente grito del burro era el ganador: LA MEJOR VOZ DE LA SELVA Y ALREDEDORES.
 El búho explicó después lo sucedido: cada concursante, considerándose a sí mismo el indudable vencedor, había dado su voto al menos calificado de los concursantes: aquel que no podía representar amenaza alguna a su propia proclamación.
La votación fue casi unánime. Sólo dos votos no fueron para el burro: el del propio burro que nada tenía para perder y votó sinceramente a la calandria y el del hombre que (cuando no), votó por sí mismo.
 Extraído de “Recuentos para Demian” (Los cuentos que me contaba mi analista) Jorge Bucay
     
Trabajo con el texto



1.     ¿Cuál fue la intención del búho a partir de su experiencia con los hombres?
2.     ¿Logró su objetivo?
3.     ¿Cuál fue el comportamiento de los animales en general y del hombre cuando votaron? Comenta con tus palabras por qué lo hicieron de ese modo.
4.     ¿Cómo interpretas el comentario que figura entre paréntesis al final del texto?
5.     ¿Por qué hay expresiones entre comillas en el quinto párrafo?
6.     ¿Qué diferencia hay en el entrecomillado del primer párrafo de la segunda columna?
7.     Transcribe un pasaje donde hable algún personaje y explica cómo lo reconociste.
8.     Reconoce sinónimos, presentes en el texto, de las palabras: “burro” y “hombres”.
9.     Indica a qué o a quiénes se refieren los pronombres destacados en el texto.

10.   Transcribe tres verbos conjugados.

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