El Fogón Imposible
Era una región muy fría. Los hombres
eran pobres y no tenían medios para defenderse contra una temperatura que los
mataba.
Un
viajero pasó por la región, y se apenó mucho. El viajero era muy sensible al
dolor, y amaba a las personas que sufren. Y pensó mucho tiempo cuál podría ser
la solución para aquel problema.
Después
de largas reflexiones creyó posible una salida. Aquellos hombres podrían
reunirse en la noche, cuando el frío se hacía más crudo, y abrigarse todos,
junto a un fogón.
Hizo un
primer viaje. Él mismo llevó la leña para el gran fogón y explicó su proyecto a
la gente de la región. Como no podía llegar él mismo al lugar donde se haría el
fuego salvador, entregó a cada persona un pedazo de buena leña. A varones y
mujeres, a los adultos y a los niños, a todos les entregó un trozo de leña de
acuerdo a sus fuerzas. Dejó las instrucciones necesarias, y se fue con la
promesa de regresar cada día con una carga de leña, para el fogón de cada
noche.
El sol
cayó rodando detrás del horizonte. El frío cabalgó sobre la brisa y comenzó a
correr por la región. Los habitantes de la región se pusieron lentamente en
marcha, hacia el lugar indicado para el fogón de la noche.
Llegaron. Formaron un gran círculo en torno al lugar indicado y se miraban
silenciosos los unos a los otros. Cada uno abrazaba entre sus ropas un pedazo
de leña, como si fuera su propia salvación.
El jefe
de la región se dirigió al centro del círculo y dijo a los que estaban
reunidos: “Gracias a la bondad del viajero que nos visitó y se compadeció de
nosotros, hoy dormiremos sin temor de morirnos de frío. Encenderemos una gran
hoguera con la leña de cada uno, y dormiremos al abrigo de su calor”. Y fue a
sentarse en su lugar en el círculo. Él también apretaba entre sus ropas un
pedazo de leña, como si acariciara su propia salvación.
Hubo un
gran silencio. Nadie se movió de su lugar. Cada uno apretó más fuerte entre sus
brazos su propio pedazo de leña. El frío se hizo como cintas de acero y cortaba
la piel. Todos comenzaron a temblar.
Uno dijo
al de su lado: “¿Dónde está el fogón?”. El otro respondió: “Yo no veo nada.
¡Nos engañaron!”.
Un
confuso murmullo recorrió la ronda. Luego un murmullo más denso. Ya era de
rabia y de protesta. Después fueron gritos, discusiones e insultos. Y
comenzaron a levantarse para marchar a sus casas.
Luego
del frío, el sol anunciaba la bondad de un nuevo día. La aldea despertó, pero
durmió para muchos que habían muerto a causa del frío.
Y llegó
nuevamente el viajero generoso. Venía con su carga de leña. Los habitantes de
la región comenzaron a salir de sus casas, se acercaban al viajero amigo y lo
miraban con ojos de rabia.
Cada uno
apretaba entre sus ropas un pedazo de leña, como si acariciara su propia
salvación.
El
viajero no comprendía. De pronto gritaron juntos: “¡Usted nos engañó! Fuimos al
lugar señalado y no encontramos el fogón. ¡Se nos murieron muchos de frío!”.
Y el
buen hombre comprendió. Con mucha calma les dijo: “Necios. ¡Ustedes son
responsables de los que anoche murieron de frío! ¿No les di acaso la leña
necesaria para que todos se abrigaran junto al fuego? Pero ustedes son tan
ruines y mezquinos, que cada uno guardó su pedazo de leña. ¿No se dan cuenta de
que la gran hoguera sólo se hará si todos entregan su pedazo de leña?”
Y el
viajero amigo se marchó amargado. Los habitantes de la región se miraron, y
regresaron a sus casas pensando.
René
Juan Trossero, “Fábulas y cuentos”.
PROPUESTA
1. ¿Cuál es el mayor enemigo
externo que tiene la aldea y cuál es el enemigo interior de los habitantes?
2. ¿Qué valores transmite
esta narración?
3. ¿Cuál es el marco de la
historia?
4. Explica con tus palabras
la complicación de la historia.
5. Subraya en el texto una
descripción. ¿En qué momento de la narración aparece (marco, complicación o
resolución)?
6. ¿Cuántas voces reconoces
en esta narración? Menciónalas.
7. ¿Qué marcas gráficas te
permiten identificar los discursos directos de los personajes?
8. Completa el esquema de la
comunicación que se presenta a continuación:
REFERENTE:
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EMISOR:
Aldeanos
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RECEPTOR:
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MENSAJE:“¡Usted nos engañó!
Fuimos al lugar señalado y no encontramos el fogón. ¡Se nos murieron muchos
de frío!”.
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CANAL:
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CÓDIGO:
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CONTEXTO:
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9. ¿Qué función del lenguaje
predomina en el siguiente parlamento: “¿Dónde está el fogón?”? Fundamenta tu
respuesta.
10. Analiza el
siguiente enunciado:
El sol cayó rodando
detrás del horizonte.
Delimítalo. Encuentra su
núcleo y analízalo. Clasifica el enunciado y reconoce los adyacentes del verbo.
- Analiza uno de los siguientes grupos sintácticos nominales: “Un
confuso murmullo" o "un buen hombre".
- Indica qué adyacente es el subrayado en los
siguientes casos:
- El jefe de la región se dirigió al
centro del círculo…
- … que cada uno
guardó su pedazo de leña.
- Con mucha calma les dijo: “Necios…”.
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